¡UNA COSA ES SABER Y OTRA BIEN DISTINTA ES SABER ENSEÑAR!
Fue Aristóteles quien apuntó que “Los buenos hábitos adquiridos en la juventud son los que marcan la diferencia”. En el deporte ocurre lo mismo.
Algunos padres cometen un grave error al pensar que su hijo por el mero hecho de practicar un deporte está haciendo una actividad sana. No siempre es así, aunque sería lo ideal. Pues la práctica deportiva puede ser una fuente de enseñanza, vigor o integración entre otras cosas, pero mal planteada es motivo de ignorancia, lesiones, fanatismo y, en ocasiones, exclusión.
Muchos adolescentes que practican un deporte están dirigidos por entrenadores que no tienen la formación apropiada. Y así, esos jóvenes desaprovechan una gran oportunidad para aprender algo fundamental en su formación.
El deporte es uno de los mejores instrumentos para conseguir grandes valores. Es un vehículo educativo sorprendente para la formación de numerosos jóvenes que en muchas ocasiones se tira por tierra.
La sociedad necesita un deporte bien enfocado donde destaque el trabajo, el espíritu de superación, la búsqueda de soluciones, la aceptación de unas reglas, el respeto, el sentimiento de formar parte de un equipo y el aprendizaje de aceptación de la derrota. Vencer es importante, pero si se acepta como único fin, la competición deportiva se convierte en una tarea ardua al intentar derrotar al contrario como sea.
Allí donde haya un deportista que desee aprender, debe de haber un entrenador que sepa enseñar. Ya lo expresó Cicerón hace más de 2100 años. “Una cosa es saber y otra es enseñar”.
Muchas gracias. ¡Salud, suerte y hasta la próxima!