¡JUGAR NO ES UN LUJO, JUGAR ES UNA NECESIDAD!
Todos hemos pasado por la etapa de la niñez, pero al crecer olvidamos la magia que fue ser niño. De pequeños queríamos ser héroes, médicos, astronautas científicos, futbolistas o ciclistas. Esa ilusión, acompañada del juego, fue necesaria para convertirnos en el adulto que ahora somos.
Jugando aprendimos a cultivarnos en valores, a aceptar las reglas sociales, a interactuar con los amigos y a interesarnos por las cosas que nos rodeaban. La nuestra fue una generación afortunada: jugábamos al aire libre, sin miedos, fomentando así nuestra creatividad, pensamiento crítico y capacidad para resolver nuestros problemas. El juego nos enseñó a tolerar la frustración, a tener paciencia y a conseguir nuestras metas con esfuerzo. En definitiva, aprendimos a vivir jugando.
Nuestro ritmo de vida ha cambiado. En la actualidad no existe tiempo para estas actividades. Nos encontramos en la era del ¡ya! y el ¡ahora! De vivir en una humilde casa de campo hemos pasado a grandes bloques de viviendas; los lugares para jugar son cada vez más escasos y los peligros de inseguridad limitan estas actividades al aire libre.
La forma de jugar también ha cambiado: la pandilla, el sudor y el barro, son remplazados por el sillón, televisión, móviles y ordenadores. Para muchos niños y niñas el simple hecho de ver gallinas, cabras, vacas o conejos, es un escenario que solo ocurre en contadas ocasiones.
El actual estilo de vida puede tener consecuencias en la salud física y mental de los pequeños. Puede dificultar su crecimiento personal, además de provocar la gran temida obesidad infantil. Invito a jugar a los niños; el juego no les quita tiempo, tampoco los vuelve holgazanes. Jugando se aprende a casi todo; desde resolver problemas de forma creativa, hasta capacidades matemáticas y habilidades lectoras. ¡Einstein aprendió jugando!
Existen razones de peso para que el juego sea el motor de toda enseñanza. Los niños necesitan tiempo y espacio para jugar. Jugar no es un lujo. ¡Jugar es una necesidad!
Muchas gracias. ¡Salud, suerte y hasta la próxima!