EL BUEN ENTRENADOR
“Saber sobre algo ya no es suficiente, es también importante saber enseñarlo y transmitirlo”.
Como cualquier oficio, el trabajo de entrenador tiene sus claros y sombras, éxitos y fracasos, altos y bajos. Pero si se está bien preparado para llevarlo a cabo, los días de primavera, agrado y satisfacción, pueden superar con creces a las decepciones o tristeza.
El buen entrenador siempre está en periodo de preparación. Su formación es vital. Debe y tiene que poseer habilidades de un buen educador, poseer un alto conocimiento en fisiología, capacidad técnica y gestión grupal, tener visión de futuro y, por supuesto, gran noción de psicología.
“Donde hay alguien que desea aprender, debe haber alguien que sepa enseñar”. Nuestro desarrollo como entrenadores es un continuo proceso de aprendizaje y tener SIEMPRE el deseo de mejorar y progresar permanentemente. Para llevar a cabo este trabajo hay que ser personas de bien y responsables.
Cuando un entrenador elude o pasa por alto lo científico, lo actual basado en nuevos métodos de trabajo, aprende más lentamente y sus pupilos pagan cara esa ignorancia o, lo que es lo mismo, si el entrenamiento no evoluciona, los deportistas dejarán de mejorar.
El buen entrenador no solo sabe de técnicas y estrategias, no es suficiente. Hay que saber enseñarlas y transmitirlas. No solo las físicas sino también ilustrando habilidades necesarias para vivir prósperamente en sociedad.
¿El triunfo reside en vencer? Sí, pero un gran entrenador va más allá de la victoria en la cancha, necesaria, pero no suficiente. El buen entrenador ayuda a sus pupilos a dominar nuevas destrezas, a recrearse con la competición con cada entrenamiento, a sentirse bien consigo mismo.
Conozco entrenadores con muy buena voluntad que intentan hacer cosas buenas aunque sus consecuencias no necesariamente sigan ese mismo curso. Ser un gran entrenador comporta un gran desafío. No basta con buenas intenciones, se necesita de muchos conocimientos.
Diversos entrenadores se han ido formando año tras año con el método de ensayo/error. Pero, ¡cómo duelen algunos de esos errores! Más si se trata de niños. Los deportistas solo esperan de su preparador lo mismo que el entrenador espera de ellos: compromiso, dedicación, conocimiento, trabajo y respeto.
Si te preparas bien serás un entrenador de éxito. Si no lo haces, solo serás un simple entrenador. Saber sobre algo ya no es suficiente, es también importante saber enseñarlo y transmitirlo.
Muchas gracias. ¡Salud, suerte y hasta la próxima!