DEVOLVAMOS A LOS NIÑOS LA DIVERSIÓN EN EL DEPORTE
“El deporte mal enfocado no enseña, solo educa cuando se hace un buen uso del mismo”
Muchos padres y madres cometen un grave error al pensar que su hijo por el mero hecho de practicar un deporte está realizando una actividad sana y lúdica. Aunque sería lo ideal, no siempre es así. La práctica deportiva bien realizada es fuente de formación, salud e integración, pero mal enfocada puede ser también motivo de ignorancia, angustia, violencia o exclusión.
El deporte es una actividad en el que se pueden cultivar valores tanto honestos como deshonestos. A estas edades no es el deporte en sí lo significativo, sino las experiencias que crea.
No son pocos los niños y niñas que practican un deporte mal dirigido por entrenadores con escasa formación. Y así, esos niños están desaprovechando la mejor ocasión de su existencia para cultivarse en su formación integral.
¿Es el deporte un instrumento atractivo para obtener valores? Por supuesto que sí. Es más, es un vehículo pedagógico sorprendente para la formación de los menores que en diversas ocasiones, por nuestra escaza formación echamos a perder.
Apostemos por un deporte bien orientado. Un deporte donde se subraye y recompense la persistencia, deportividad, compromiso, superación, aceptación de reglas, respeto, pasión por trabajar en equipo y por supuesto aprender a ganar y aceptar con deportividad la derrota.
El deporte mal enfocado no enseña, solo educa cuando se hace un buen uso del mismo. Continuemos con el extraordinario reto de formar deportistas, pero evitando no trastornar a personas jóvenes para conseguirlo.
Muchas gracias. ¡Salud, suerte y hasta la próxima!